viernes, 30 de julio de 2010

Para Luz

En un lugar apartado de la ciudad aconteció un hecho, donde la protagonista era una adolescente llamada Luz. Tenía aproximadamente diez y siete años, pelo ondulado y café, estatura normal, pelo café claro, ojos verdes, extrovertida, celosa, prejuiciosa, soñadora.
Se había criado en el campo, por tanto era perito (1) en andar a caballo.
Un día por la tarde salio a buscar a su mejor amiga, su yegua ‘‘Flor’’.
Se subió en otro caballo llamado, ‘‘Federico’’. Luz presentía que aquel animal, siempre la observaba de forma pormenorizada (2).
Cabalgando pensó que podría a ver sido una mala decisión subirse en el, debido a que empezó a experimentar una sensación con algo de perfidia (3). Fue como sentirse atraída por aquel caballo, era inusitado experimentar esa sensación, por tanto se bajo del caballo, lo ato a un árbol, y siguió a pie.
Pasaron dos minutos y vio que se hacia una lobreguez (4) detrás de ella. Se dio vuelta y no percato nada, regreso a su antigua posición, y ahí estaba con su pelaje asombroso, ese color oro y el reflejo del sol, Federico… Hubo un silencioso lioso (5), donde ambos se observaban de pie-patas a cabeza. ¿Qué estás buscando? – dijo Federico. Luz se asombro de una forma inexplicable al prestar oídos a un caballo que hablaba. Quedó un rato en silencio, callada, al minuto reacciono. A mi yegua ‘‘Flor’’ – dijo Luz, con la voz más o menos entrecortada.
Federico la empezó a rodear y a marcar terreno.
Luz lo único que quería era pirarse (6), sentía un escalofrió estrambótico (7). Tranquila, tranquila, no te haré daño, hace bastante tiempo quería tener una conversación contigo, me pareces muy sugestiva (8) – dijo Federico. ¡¿No crees que sea normal que esté amilanada (9)?! ¡Por Dios! Déjame ir, no me siento chifonier (10) aquí, contigo – dijo Luz. ¿Soy tan excéntrico o antiestético, que te causo tanto miedo? – dijo Federico, con cierta hipocresía. Luz no respondió ante aquella sínica pregunta, solo hizo un gesto vilipendio (11).
Poco a poco se iba desarrollando un ambiente más rígido entre aquel caballo y aquella señorita.
Federico si sigues así de arrogante no te ira bien en la vida, pone ahínco (12) en cambiar esa actitud y ve a pedirle disculpas a tu tía, que esta con bastante chasco (13). – dijo Maria Helena.
¿Oye? Me podrías decir quien eres, la verdad es que me parece bastante peculiar escuchar a un caballo hablar, y más aun establece una valoración hacia mí, me hace sentir… maniática. – dijo Luz
Federico se arrepentía de haber erigido (14) una conversación con ella. Recordaba que si no hubiera sido por eso… estaría hablándole de otro proceder, sin enranciarse (15), parece paradójico (16)… tan solo el, y ella, ahí… en el bosque, perdidos.
¿Sabes? No te quiero hacer sentir mas extraña, por favor exonérame (17). De ti depende re-hacer mi vida, pesquisa (18) la respuesta… solo piensa en esto y trata de deducir porque e de efectuarse – dijo Federico
Luz quedo pasmada ante esas palabras, tanto así, que siquiera vio cuando Federico desaparecía, solo avizoraba su boca mientras pronunciaba aquellas peculiares frases que parecían un acertijo, y la cual se propuso descubrir. Lo único que escucho fue: ‘‘de ti depende’’. Paso la noche perdida en el bosque, si trataba de encontrar el camino de vuelta a casa, podía sucumbir (19) en un hoyo y se le agotaría el tiempo para descubrir que era ese acertijo.
Eres tan medrosa, nunca serás algo, solo una simple cortijera igual que tu padre, si no quieres contraer nupcias con Ricardo, el que te otorgara la felicidad y te dará la satisfacción de ser creso, serás una simple anodina (20). – Dijo Luisa
Se cobijo para portear el calor, y espero el amanecer.
Los sucesos acontecieron muy rápido.
Amaneció y Luz corrió de vuelta al pueblo, una vez llegado fue a la biblioteca del pueblo, sección mitológica, hombre-caballo.
Se desarrollaba una evocación curiosa, ya que no existía un ser mitológico con aquellas características. Luz se engaño a sí misma, pensando que todo fue un sueño muy extraño.
Y así pasaron los días, comunes y corrientes.
Por la noche del día sábado, tuvo una pesadilla, soñó con Federico, él le decía: ‘‘Lástima que no me quieras ayudar, porque yo si te puedo ayudar, en aquello que más quieres’’.
Despertó asustada, sin saber que había sucedido, ¿sería un sueño, o de verdad Federico quería que la coadyuvara? Sin dudar fue al bosque, con el regocijo de que la ayudaría con su problema.
¡Federico! ¿Dónde estas? – dijo Luz.
Caminaba y caminaba, no aparecía. Tal vez eso que había pensado real, nunca fue así. Comenzó a desesperarse y a gritar por ayuda… entre las ramas y hojas se perdió…
Aún no te has ido, no preciso de tu ayuda. Me percate que por lo único que viniste es porque quieres mi ayuda. Lamentablemente para que te pueda ayudar me debes hacer tres cosas, las que yo quiera. – dijo Federico
Pasando el rato dejaron de lado los prejuicios y comenzaron a hablar sobre sus vidas y desilusiones.
¿Sabes? Yo antes era humano, mi padre era Rey y yo era el heredero legítimo, mis primos lo único que querían era el trono, yo simplemente deseaba estudiar y surgir por mi mismo – dijo Federico
La verdad es que sentía que eras especial, distinto. Me agrada que no seas igual que todos los hombres, que lo único que quieren es poder y dinero. Por mi parte quiero algo parecido a ti, estoy harta de vivir en una sociedad machista, donde el hombre mantenga a la mujer, quiero estudiar y ser la primera en depender de mi misma – dijo Luz
Comenzó a surgir un ambiente de amor y comprensión.
Conversando se dieron cuenta que se acercaba alguien. Era una mujer, alta, de pelo negro, ojos oscuros y siniestros.
Federico quedo pasmado al verla. ¿Por qué vienes a molestar? Ella no tiene la culpa de nada, no te atrevas a hacerle daño – dijo Federico
Luz a pesar de la confusión y el miedo se sintió protegida.
Jajaja, Federico, Federico, tanto tiempo sin vernos, no has cambiado mucho… La verdad es que no te aflijas, pensé que ibas a lograr comprender, cuando conociste a esta chica. Me parece que aún no. Lamentablemente no puedo dejar pasar el tiempo. Todo lo que hice no era para perjudicarte, era para unirte con ella, quería el bien para ustedes dos, pero no lo pude conseguir porque ocurrió algo… Nunca se los podré decir. Aquello me hace realizar lo siguiente – dijo la mujer.
Se oyeron unos gritos que se sintieron hasta la ciudad.

1) Perito: Hábil o experto en una ciencia o arte.
2) Pormenorizar: Describir o detallar minuciosamente.
3) Perfidia: Maldad
4) Lobreguez: Falta de luz
5) Lioso: Sensación de incomodidad
6) Pirarse: Marcharse de un lugar
7) Estrambótico: Algo extraño, raro
8) Sugestivo: Que resulta atractivo, atrayente
9) Amilanada: Cobarde.
10) Chifonier: Sentirse a gusto
11) Vilipendio: Desprecio, denigración
12) Ahínco: Empeño o eficacia con que se hace o solicita algo
13) Chasco: Decepción que provoca un suceso contrario a lo esperado.
14) Erigido: (Erigir) Fundar, instituir o levantar.
15) Enranciarse: Poner o hacer rancia una cosa.
16) Paradójico: Que incluye paradoja o hace uso de ella.
Paradoja: Idea extraña o irracional que se opone al sentido común y a la opinión general.
17) Exonérame: (Exonerar) Aliviar, descargar de peso, carga y obligación
18) Pesquisa: Investigación o indagación encaminadas a descubrir alguna cosa
19) Sucumbir: Ceder, rendirse, someterse.
20) Anodina: Insignificante, insustancial

Catalina Silva

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